La Calzada no logró el ascenso a Segunda RFEF. Los gallegos del Racing Club Villalbés fueron mejores y ganaron 0-3, aunque los rojillos hicieron mejor partido que en la ida, y tuvieron sus ocasiones.
Pero lo que se vivió fuera del terreno de juego desde el viernes por la noche hasta horas después del partido, es algo que no se podrá olvidar facilmente en Santo Domingo de la Calzada.
Desde la noche del viernes comenzaron a llegar vecinos de Villalba para animar a su equipo, y se mezclaron sin ningún tipo de problemas con los calceatenses, que también disfrutaban de la noche del viernes y su «pinchopote».
El sábado por la mañana, comenzaron a llegar más gallegos, hasta 300 aproximadamente, que junto con los cientos de calceatenses que se acercaron a celebrar la previa del partido en los aledaños de la calle Madrid y la plaza de San Jerónimo Hermosilla, se vivió un gran ambiente previo al partido, pero faltaba lo mejor…
Y es que hacia las tres de la tarde comenzaron los truenos, que anunciaban que sería una tarde pasada por agua; comezó a llever y de que manera. Alguno decía que sería una nube pasajera, pero esa nube no se quería perder el partido, algo a lo que los gallegos están más acostumbrados.
Seguía lloviendo, y a las cuatro de la tarde, arrancaba desde la plaza de Hermosilla la «Rúa» con la Charanga Los Gallitos y cientos de calceatenses, ocupando la avenida de los cuerpos de Obras Públicas y la Avenida de Torrecilla (cortada al tráfico), se dirigían al municipal de El Rollo, que viviría la mejor entrada de su historia. Más de 2.500 espectadores (300 de ellos gallegos), que pudieron ser más, porque algunos se quedaron en casa, coaccionados por la lluvia, y con la excusa de que se podía ver por televisión.
El ambiente durante los 90 minutos fue inolvidable, aficiones animando a sus equipos. Mientras tanto los jugadores iban a lo suyò. El Racing Club Villalbés estaba más acostumbrado a ese ambiente lluvioso y a un campo que por la mañana estaba impecable, y a la hora del encuentro tenía zonas encharcadas y embarradas por la intensa lluvia caída.
A los 9 minutos, jarro de agua fría para la afición local. Marcos, a pase de Pablo Rey anotaba el 0-1 en la primera jugada de peligro que tenían los gallegos.
La Calzada, lejos de venirse abajo, se vino arriba y creó peligro, pero a la media hora, tras una falta local, Alex Pérez recibía un rechace, y desde muy lejos batía a Arraiz, logrando el 0-2, lo que ponía las cosas más difíciles a los de Santo Domingo, que no dejaron de intentarlo; querían meter un gol antes del descanso que les mantuviese vivos en el partido, pero no fue así, a pesar de que tuvieron varios acercamientos, pero sin puntería.
Tras el paso por vestuarios, La Calzada salió a por todas, llegando en innumerables ocasiones al área contraria, con muchos saques de esquina a favor, que o bien no encontraron rematador, o bien se fueron fuera por poco.
Los de Edu Gajate lo dieron todo, e incluso un poco más, con un ambiente que difícilmente se volverá a repetir en liga, y cuando parexcía que el 0-2 sería el resultado definitivo, con los 90 ya cumplidos, llegó el 0-3, obra de Santi Fernandez a puerta vacía, lo que desató la locura del banquillo gallego y de la afición visitante, que saltaron al campo a celebar el ascenso.
Al final, caras de decepción en los jugadores rojillos, que no pudieron brindar el ascenso a su afición, caras que en pocos minutos fueron caras de alegría y felicidad, al darse cuenta de lo conseguido en el último mes y medio, con la clasificación para el play off por primera vez en su historia, por la eliminación a la Oyonesa primero y al Varea después, por haber venido de Galicia con vida (1-1) y por haber despertado tanta ilusión en todo Santo Domingo de la Calzada.
Lo vivido en el terreno de juego tras el encuentro es algo que no podremos olvidar facilmente; las dos aficiones celebrando junto a sus jugadores: los gallegos el ascenso y los calceatenses viviendo la auténtica fiesta del fútbol.
Ningún mal rollo entre dos aficiones que ya se han hermanado para siempre.
No quedaría la cosa así, porque hora y media después de acabar el partido, jugadores y cuerpo técnico se subieron a una carroza, y recorrieron acompañados por cientos de aficionados, las principales calles, hasta llegar a la Plaza de Hermosilla, donde se tiraron unas tracas muy ruidosas, se abrieron botellas de cava, y algunos de los jugadores se dirigieron a los aficionados.
Una tarde, en la que a pesar de no haber logrado el premio del ascenso, lograron unir a todo un pueblo en torno a unos colores, el rojo y el negro.
Mención especial a TODA la junta directiva del Fundación Cultural La Calzada, dirigida por Domingo Uzquiza, que lograron que todo fuese perfecto a nivel organizativo (incluso fueron felicitados por la empresa de seguridad contratada, más acostumbrada a este tipo de eventos). Tras una semana de dormir poco, y de muchos quebraderos de cabeza, todo salió a la perfección (salvo el resultado final del partido). El trabajo bien hecho sin duda, seguirá dando sus frutos; y felicitaciones también a las dos aficiones, en especial a la de La Calzada, por su civismo y saber estar en todo momento.
Incluso desde la ciudad hermana de Winnenden llegaron ánimos para La Calzada.